Sunday, April 01, 2007

Juego de los absurdos

Uno piensa que es absurdo, minúsculo, efímero.

Pero existe algo más, algo así como una corriente subterránea, algo indecible, transparente, escondido
que nos muestra algo en algún punto olvidado del ser.
La poesía se re-significa a sí misma, como la serpiente que se muerde la cola, una cinta de moebius:
Me quiero cerca, cual hermafrodita.

silicio

Mi silencio se impregna en estas paredes, que también creo huerfanas
y yo: la más huerfana

me dejo caer



me dejo caer



bajo este manto
que también se sumerge en la inmensidad del olvido

La tácita observación

Algunas palabras que dejo caer se vuelven secreto,
desorden,
comercio infame,
vaporosa figura.


No podría afirmar de forma absoluta que soy una mujer elevada al misterio de lo eterno, pero muy dueña de mi misma recaigo en las informalidades más seductoras: el misticismo